Los vinos elaborados con uva Gamay presentan una capa baja de color que van del púrpura, en los vinos más jóvenes, al rubí en los vinos que han evolucionado en madera. Son vinos de cuerpo ligero debido, principalmente, a la poca extracción tánica que se obtiene.

Los aromas característicos de éste varietal se caracterizan por su potente frutalidad con notas florales.  Destacan  frambuesa, fresa, zarzamora, grosella negra y roja, plátano con toques de rosa y violeta. Algunos pueden estar acompañados de notas de especias.

Su frutalidad se ve exacerbada en aquellos vinos elaborados por Maceración Carbónica, una técnica enológica que busca la fermentación interna de las uvas, extrayendo mayor cantidad de componentes aromáticos. Una técnica recurrente para la Gamay en la región de Beaujolais.

En boca, se expresa con vinos de baja graduación alcohólica y tanino suave, se caracteriza por una acidez vibrante muy  congruente con su frutalidad.

Por su baja extracción tánica, los vinos de Gamay suelen consumirse jóvenes y guardarse hasta por siete años. Pasado el tiempo de guarda se obtienen vinos con una acidez más pulida y los aromas frutales disminuyen compotándose ligeramente y dominan las notas minerales, especiadas y de cuero.

El reinado de la Gamay es la región de Beaujolais en Francia, en donde sus diez Crus expresan cada uno su Terroir sobre la misma uva, creando vinos ligeros en Chiroubles y Saint-Amour y vinos complejos y de carácter animal en Brouilly y Morgon. Se cultiva en toda Francia, tanto en la vecina Borgoña como en el lejano Valle del Loire.

Indirectamente, el Gamay tiene su fiesta propia a nivel internacional. El tercer jueves de noviembre de cada año se celebra en todo el mundo la fiesta del vino nuevo, la fiesta del Beaujolais Noveau, en la que se celebra la liberación del primer vino de la cosecha del año en curso; un par de meses atrás las uvas a penas estaban colgando de las vides.

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08 noviembre 2022 — Miguel E. Serrano