¿A qué sabe el vino sin alcohol?
El vino sin alcohol generalmente tiene un perfil de sabor similar al del vino normal, pero con menos cuerpo, aroma y sabor debido a la ausencia de alcohol. El sabor del vino sin alcohol puede variar de dulce a seco y puede variar mucho según la variedad de uva, el método de producción y otros factores. Algunas personas pueden encontrarlo menos satisfactorio que el vino normal, mientras que otras pueden apreciar su opción más ligera y saludable. En última instancia, el sabor del vino sin alcohol es subjetivo y puede variar de persona a persona.
Aunque parezca imposible, el vino sin alcohol huele y sabe como un vino convencional. Algo que no siempre sucede con la cerveza sin. Como punto a favor de esta categoría, en estos vinos se nota su proceso de elaboración artesanal y de poca o nula intervención, que refleja de forma muy honesta la uva de la que provienen.
Los vinos blancos sin alcohol suelen tener acidez, frescura y frutalidad. Son golosos en boca, con carácter dulce, pero con una fresca acidez. Los tintos reflejan la tipicidad del varietal con la que han sido elaborados. Al no tener el alcohol volátil, el carácter frutal es mucho más notorio y franco, con prevalencia de frutos rojos, las notas de especia y la frescura y vivacidad que los hace gozables con “Zero preocupaciones”, como dice Vintae.
“La cosa ha cambiado mucho en estos años, cada vez hay menos diferencias con el vino normal”, dice Teresa Muñoz, responsable de comunicación de Bodegas Matarromera. Instalada en la Milla de Oro del Ribera del Duero, esta bodega lleva años trabajando para acercarse a aquel público que por muchas razones no puede tomar alcohol.
Los vinos sin alcohol te permiten ser tu mism@ al 100%. Porque tienen todo el aroma, sabor y textura del buen vino, pero ni una gota de alcohol.
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