La uva Cabernet Sauvignon es considerada la reina de las uvas tintas dada su gran adaptabilidad a distintas latitudes y microclimas; es así que ha conquistado grandes extensiones de tierra alrededor del mundo.


Cuando no ha madurado lo suficiente, la Cabernet Sauvignon brinda aromas de pimiento verde, dejando ver su relación con la Suavignon Blanc; de quien es hija. La Cabernet Sauvignon es una cruza natural entre la Sauvignon Blanc y la Cabernet Franc, de quien heredó los aromas de frambuesa. 


En nariz encontraremos notas de champiñón, cereza, ciruela negra y casís. En buenas añadas, en lugar del pimiento morrón, el buen clima da paso a los aromas de pimienta negra; es hermoso cuando en una botella bien guardada en cava, la reducción lleva a que estas especies evolucionen hacia lavanda.


En zonas frías, el perfil aromático irá más hacia notas mentoladas y de especias, como los buenos Paulliacs de Burdeos. Mientras que en viñedos más soleados como los de california, encontraremos prevalencia de frutos negros y rojos y un estilo de vinificación en que se nota más el uso de la madera para la crianza, que realza las nota de chocholate, cedro, especias de repostería, etc.


Los vinos de Cabernet Sauvignon ofrecen una acidez media, caracterizándose por un gran volumen en boca, mucho cuerpo derivado de la gran carga tánica que posee la piel de esta uva. Esos taninos le brindan a los vinos de Cabernet Sauvignon un gran potencial de guarda.

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05 octubre 2022 — Miguel E. Serrano