La costumbre de maridar los vinos con tamales ya lleva un buen rato en nuestras mesas. Es de las experiencias más divertidas en los diplomados de Sommelería en las escuelas. Y honestamente, un vino tiene mucho más que ofrecer al momento de acompañar la comida que un refresco.

Además, hay grandes tamales, no sólo en tamaño como el Zacahuil de la Huasteca, si no como platillo. Los tamales más finos son platillo principal en los grandes eventos, así tenemos los tamales de boda, los tamales de asado, los tamales de fiesta y algunos que recuerdan más a un Brioche elaborados con mantequilla y almendra, llamados canarios.

Como con cualquier otro platillo de la teoría culinaria, lo importante para el maridaje es la salsa, más que la proteína en sí. Aunque ambos sean de pollo, nada tiene que ver un tamal verde con uno de mole.

Para los tamales de Salsa Verde lo indicado son vinos blancos frescos cuya acidez haga eco con la de los tomates. Incluso espumosos frescos limpiarán agradablemente el paladar. Pazo de Seoane, Rías Baixas y Laia de Bodega Aroa de Rioja te sorprenderán gratamente.

Aquellos tamales rellenos de adobo, salsa de guajillo o algún otro chile seco maridan muy bien con vinos rosados, que tienen la potencia para igualar a la salsa y esa acidez refrescante para mitigar el picante. Oro Rosa de Bodega Tribos de Arteaga Coahuila o el Riojano Rosé de López de Haro arman una sintonía gustativa maravillosa que te hará adicto a esta combinación. Aquí entra el ya mencionado Zacahuil de la Huasteca, con nombre y apellido.

Los de mole. Y sabemos que moles hay muchos, por lo que cada quien va ajustando a su gusto la receta o mejor el vino. Para moles ligeros como el poblano o la salsa de los Tamales de Boda de Chiapas, recomendamos tintos ligeros que potencialicen la frutalidad de la salsa, como el Cru Chénas del Beaujolais. Para aquellos de moles más contundentes, más tostados, se aprecia un vino más complejo que resalte las especias como el Pizpireto de Cava Garambullo en Guanajuato o un vino evolucionado que tenga el mismo efecto respetando el suave sabor de la masa de maíz; para esto te recomendamos Locations I, un ensamble de vinos italianos que harán un maridaje sumamente elegante. Para quienes gusten de la combinación de mole con espumoso, desde Trento tenemos el Ferrari F1, el vino oficial de la F1 en la edición especial para CDMX o Exequiel Reserva de Qro, elaborado por método tradicional.

No pueden faltar los tamales de dulce y aquí es conveniente recordar uno de los trucos o reglas de la sommelería y armonización de alimentos: El vino siempre debe de ser más dulce que el postre. De esta manera la acidez propia del vino no generará una discordancia y potencializará las notas frutales. Para los “novedosos” tamales de chocolate y los clásicos rosa con pasitas, qué mejor que un Oporto; esta vez elegimos el Bin 27 de Bodega Fonseca. Para los de piña o guayaba, sean con o sin queso, recomendamos vinos semidulces como el Viña Augusta de Cataluña. O vinos de cosecha tardía como el Late Harvest de Undurraga.

Así que si te llegó la bendición en la Rosca de Reyes ya sabes con qué vinos puedes maridarlos. Todos los encuentras dando click aquí en Mercado de Vinos.

01 febrero 2023 — Miguel E. Serrano