La Vieille Ferme Rosé

$ 299.00
1 reseñas

Desde 1970, La Vieille Ferme produce vinos auténticos, honestos y sabrosos cosecha tras cosecha. En algunos de los mejores restaurantes y bares del mundo, La Vieille Ferme ha sido reconocida como uno de los vinos con mejor relación calidad-precio del mundo.

La fermentación comienza después del desfangado y dura unos 15 días en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura.
Después de la fermentación, los vinos se mantienen en depósitos de acero inoxidable y se clarifican ligeramente antes de embotellarlos.

La Vieille Ferme ha sido popular entre los amantes del vino durante más de 40 años. Producido en una región pacífica y soleada del sur del Ródano, cada color es una expresión de su terruño: el Ventoux aporta elegancia y estructura a los vinos tintos; la altitud del Luberon aporta frescura y finura a los blancos y
rosados. La Vieille Ferme está hecha con gran cuidado e integridad por Famille Perrin, propietarios del Chateau de Beaucastel. Los principales críticos de vino de todo el mundo han elogiado a los productores de este vino por su calidad irreprochable, que ha alcanzado el reconocimiento internacional.

Características

Uvas: Cinsault, Garnacha y Syrah
Región: Valle del Ródano
Guarda: Dos a cuatro años
Barrica: N/I
Temperatura de servicio: 10 a 12 °C

NOTA DE CATA

Vista: Elegante color límpido de un sutil melocotón pálido, con reflejos brillantes.

Nariz: Muy fresco y afrutado, la nariz es particularmente atractiva con notas de frutas rojas y jugosas frutas de verano, llenas de sol.

Boca: En boca es a la vez goloso y lleno de vivacidad con sus sabrosos aromas de frutos rojos, perfectamente equilibrados por una hermosa frescura. Los aromas persisten con un delicado final salado.

Maridaje: Se recomienda acompañar con Comida Mediterranea, Parrillas, Costillas de Puerco con hierbas finas, acompañadas con unas manzanas o duraznos cocidos.

Sobre la Bodega

Beaucastel era el apellido de los nobles propietarios de la finca, asentados en el pueblo de Courthézon a mediados del siglo XVI, y responsables de la construcción de la casa tal y como la conocemos hoy. Tras la filoxera, el viñedo estuvo abandonado, hasta que el 1909 fue adquirido por Gabriel Tramier, comenzando la replantación.

El heredero de éste fue Pierre Perrin, su yerno, un científico que impulsó enormemente el desarrollo de la viña. Pero el que realmente hizo despegar la propiedad fue Jacques Perrin quién vivió hasta 1978, padre de los actuales Jean-Pierre y François Perrin.

Tradición familiar
Château de Beaucastel es el nombre que con más facilidad viene a la cabeza de los aficionados vinícolas de todo el mundo cuando se menciona la denominación Châteauneuf-du-Pape. Y es uno de los pocos que conjugan volumen con calidad. Son los únicos 'tres estrellas' del sur del Ródano en la guía Bettane & Desseauve -al haber bajado a dos el Château Rayas- produciendo unas 335.000 botellas al año. Beaucastel era el apellido de los nobles propietarios de la finca, asentados en el pueblo de Courthézon a mediados del siglo XVI, y responsables de la construcción de la casa tal y como la conocemos hoy. Tras la filoxera, el viñedo estuvo abandonado, hasta que el 1909 fue adquirido por Gabriel Tramier, comenzando la replantación. El heredero de éste fue Pierre Perrin, su yerno, un científico que impulsó enormemente el desarrollo de la viña. Pero el que realmente hizo despegar la propiedad fue Jacques Perrin quién vivió hasta 1978, padre de los actuales Jean-Pierre y François Perrin.

Los Perrin son, junto con otras dos fincas vitícolas, Mont Redon y Domaine de Nalys, los únicos en utilizar las 13 castas permitidas en la AOC Châteauneuf. La lista, para los tintos: garnacha/grenache 30%, monastrell/mourvèdre 30%, syrah 10%, counoise 10% (de la que el propio François Perrin asegura que es una casta española llamada conejo, o al menos eso es lo que solía explicar el viejo doctor Parcé, de Banyuls, que le proporcionó los plantones), cinsault 5%, y el 15% restante una mezcla de muscardin, terret noir, vaccarèse, clairette, picpoul, picardan, bourboulenc y roussanne. Las cinco últimas son castas blancas. En total tienen 130 hectáreas en la finca, de las cuales están plantadas unas 100, y cada año reemplazan una o dos hectáreas de viña vieja por otras de nueva plantación en suelo que han dejado descansar al menos 10 años. Las uvas proceden de su viñedo de unas 70 hectáreas, en la zona entre Orange y Avignon. El terreno es de molasas marinas del mioceno, cubiertas por aluvión alpino, cantos rodados, los famosos 'galets roulés' de Châteauneuf, que actúan como 'acumuladores', almacenando el calor durante el día, liberándolo durante la noche.